miércoles, 27 de febrero de 2008

Con ustedes: Wilkie Collins


Como me imagino que soy la única que tiene un ejemplar de La vida secreta de Wilkie Collins, voy a ir abriendo boca transcribiendoos parte de la contraportada. Ahí donde lo veis. con esa cara y esas barbas, fue un personajazo. Mejor que Joan y Jackie.



"Cuando Wilkie Collins, autor de novelas tan influyentes como La dama de blanco, Sin nombre y La piedra lunar, murió en 1889, la lectura de su testamento escandalizó a sus contemporáneos. En él dividía su herencia entre sus dos amantes, Caroline Graves y Martha Rudd, a la vez que reconocía como propios a los tres hijos de esta última. (...) El hombre que en su obra y su vida desafió la férrea estructura social y las hipócritas costumbres sexuales de la época victoriana aparece en esta obra (...) en toda su complejidad. Vértice de un singular ménàge à trois, ídolo de masas de lectores, personaje central en los círculos literarios y artísticos ( y de su amistad con Dickens y de sus relaciones con Coleridge, Wordsworth, Constable, Blake o Millais de cumplida cuenta este libro ), Wilkie Collins fue una de las figuras más celebradas de su tiempo.

martes, 26 de febrero de 2008

Notas de sociedad vienesa


La Sartén Littéraire sorprendió a Bernhard charlando de literatura con unas amigas salchichas. Ellas estaban un poco cansadas porque habían acabado de hervir en la olla exprés, así que no le pudieron seguir muy bien el hilo. Encomendaron al escritor austriaco a que volviera a visitarlas pasada una media hora (si al volver ya no estaban, el escritor seguramente adivinaría que habrían sido presas de algún canino de los que se encontraban sentados alrededor de la mesa, que para algo era un escritor de mentalidad funeraria).




Como las salchichas eran unas "cocidas" y unas sosas, Bernhard decidió cambiar de interlocutor y comenzó a darle la tabarra a la mostaza. El problema es que era una mostaza "ancienne" y, además, de Dijon, con lo cual no entendía el alemán y el escritor austriaco no estaba en predisposición de practicar su francés porque le desviaba de su tema preferido: criticar a la sociedad vienesa. Claro, esta crítica pierde intensidad en la lengua de Balzac...



Berharn escapó despavorido de la mostaza "ancienne" cuando una enorme salchicha de Frankfurt pasó sobre su portada. Dios mío, ¡parecía un zeppelin de la primera guerra mundial sobrevolando el imperio austro-húngaro!



Una vez a salvo, el escritor levantó la cabeza de la portada y se descubrió rodeado de una orgía de carne con tomate ketchup y más mostaza de Dijon ("qué pesada la francesita", pensó).



Deambulando por el mantel rallado encontró, por fin, a alguien civilizado que consultaba sus apuntes sobre sus cuentos. Más tarde descubrió que el caníbal cultivado había anotado las diferentes formas de "morir" que aparecen en el libro. Dejaremos ahora a Freud de lado, aunque también pertenezca a la sociedad vienesa y burguesa...



El caníbal civilizado insistía en sus notas....





Entonces Bernhard decidió darse a la bebida. Se acercó al grupo formado por la cerveza alemana y la mostaza de Dijon, que todavía no se había marchado en el "Concorde" de las 16:00h. No le interesó la conversación sobre la cebada y el mundo del campo en general.



Unas rallas más abajo del mantel, los inevitables panecillos de Viena hicieron su acostumbrada aparición en cualquier acto social vienés: "Mirad, mirad, qué redonditos somos. Somos los más monos de Austria!...





Suerte que por allí merodeaba también el chucrut alemán para dejar su olor fuerte y agrio. Como algunos de los cuentos del escritor vienés. Esta compañía gustó más a Bernhard, así que se apalancó un rato en la fuente de chucrut para charlar sobre los aspectos agrios de la vida (vienesa...).

(continuará...)

viernes, 22 de febrero de 2008

Últimos cuentos

Portada para A la Bernhard VII-VIII-IX
[Snowglobe by Walter Martin and Paloma Muñoz]

  • VII. Raúl

    Altamente estimado y profusamente condecorado, el jefe de los Servicios de Urgencias de Cavtat perdió una tarde la cabeza durante la epidemia de gripe más terrible que se recordaba en la ciudad, epidemia que causó la enfermedad masiva del personal bajo su mando, tras atender en persona , hecho que no se daba desde sus inicios como aprendiz mal pagado y mal considerado veinticinco años atrás, el mismísimo jefe de los Servicios de Urgencias, más de quince llamadas que urgentemente le apremiaban para que les salvase la vida. Prefirió colgarse de una viga a asumir semejante responsabilidad.

  • VIII. Victoria

    El envenenador de Sulden resultó ser la envenenadora de Sulden, cosa que la policía debió sospechar desde un principio dado el enorme grado de crueldad que dicho asesino demostraba con sus víctimas, obligándoles a ingerir para su intoxicación pasteles de carne hechos previamente con lonchas amorosamente obtenidas de las nalgas de las propias víctimas y haciéndolos SENTAR a la mesa.

  • IX. María

    El poder de la palabra hizo de la Alcaldesa de Perast una funcionaria confusa y una persona poco apreciada por sus conciudadanos a los que traducía sus propios comentarios a un sinfín de lenguas que ni siquiera creía conocer y la hacían una mujer difícil de sentar en una cena de etiqueta.

martes, 19 de febrero de 2008

Recordatorio


Sobre La Sartén Littéraire pende peligrosamente una soga. De ti depende que el próximo 23 de febrero, en casa de Bohemio, esta no deslice su nudo sobre el apetecible mango de nuestra amiga.
A pesar de esa apariencia tan robusta, la redecilla no podrá salvarla. Así que ya sabeis, id anulando esas citas que fijásteis sin acordaros de tan magna fecha y vestiros adecuadamente para la ocasión.

lunes, 18 de febrero de 2008

y otra más...


mes enfants,

a riesgo de acabar con la paciencia del teutón más dulce y cariñoso que los montes bávaros han parido, ofrezco otra propuesta para portada.

bisus a tutiplens

sábado, 16 de febrero de 2008

contraataque mortal sin red

· VII. Dedos Anónimos

Una, por así llamarla, barbarie es lo que había provocado en su rostro el maquillaje -de la casa Auschwienner- teniendo en cuenta que la casa Auschwienner, desde aquellos malolientes polvos nacarados, llevaba decenios reafirmando su intachable tradición de ser, los Auschwienner, los principales fabricantes de maquillaje para cadáveres -sobretodo vieneses- vivos y muertos, por lo que el jovencísimo Göttlieb, decepcionado y humillado por su propia tez, se miraba con reproche y de soslayo en cada espejo de la así llamada "mansión Rottenberger", mientras murmuraba para sus adentros que la próxima vez exigiría a los Auschwienner, como es natural, una gratificación por tan catastrófico resultado. Efectivamente, al cabo de dos días, y aunque en términos generales la ceremonia se sucedió sin sobresaltos en la así llamada "mansión Rottenberger", algunos hicieron notar en voz groseramente audible que el rostro del difunto presentaba un tono, por así llamarlo, demasiado saludable.

viernes, 15 de febrero de 2008

Cómo está el patio...

Ya veo que tendremos opiniones para todos los gustos e incluso imitadores!!

Yo, por el momento, me lo estoy pasando bomba incluso con ese cuento grotesco que se me dedica...me has bordao, cabrón!!

De camino, me he hecho fans de Walter Martin y Paloma Muñoz...y he encontrado otra portada para seguir con la linea abierta por Insonrible.



Más cuentos oscuros

  • IV. Sonia

    Emprender el rescate de las buenas maneras encendió la mecha de la revolución en el hospital en el que su familia la ingresó cuando se hartaron de “¿puedo retirarme?”, un hospital en el que ahora los locos leen Goethe en alemán, tocan el piano y jamás hablan con la boca llena ( de babas ).
  • V. Eduard

    Mucho se habló de la crecida del Aurach y poco de la desaparición del bibliotecario de Reindlmühle, dándolo rápidamente por ahogado porque era aficionado a escribir poemas a pintar paisajes de calidad famélica y a cartearse con otros artistas igual de sospechosos y prescindibles de todo el continente. En lugar de preocuparse por buscarlo, las autoridades contrataron a una joven de Augsburgo que, nada más llegar, se ganó los favores de niños y débiles mentales – el pueblo entero - gracias a una magnífica hoguera que organizó con las escasas pertenencias del desaparecido.
  • VI. Pepa

    Obsesionada con encontrar su auténtico talento, una habilidad a la que pudiese llamar don, una joven de Atzbach probó con la pintura, la escritura, la música, la danza, la escultura, e incluso probó con artes tan peregrinas como la repostería o el bordado, campos todos en los que fracasó estrepitosamente, encadenando una serie de calamitosos proyectos con otros tantos dolorosamente hostiles.
    Decidida a no seguir viviendo sin una capacidad artística remarcable y la única compañía del reproche, se dispuso a ahorcarse mientras su vecino de abajo – un joven de Cracovia – practicaba, como cada día, con su violín.
    Justo en el instante en que la cuerda que rodeaba su cuello rompía sus órganos de fonación cayó en la cuenta de que su verdadero talento hubiese sido el canto.

miércoles, 13 de febrero de 2008

À la Bernhard: cuentos para vosotros

Portada para À la Bernhard
[Snowglobe by Walter Martin and Paloma Muñoz]


Estoy escribiendo unos cuentos terribles bajo la influencia malsana de Bernhard. Os he dedicado uno a cada uno. Aquí están los tres primeros.


I. Julián

Nada más abrir los ojos supo que se había levantado heterosexual del todo, heterosexual como jamás se había sentido y, conteniendo la nausea que le producía el cuerpo que aún dormía a su lado, en la cama, se dio la primera ducha heterosexual de su vida y no supo qué ponerse porque todo le parecía demasiado extremado para ir a un funeral.



II. Belén

Con el cadáver número 16 decidió dejar de contar por primera vez en su vida, una vida asegurada por la exactitud del número, perfecta en su puntualidad rigurosa, aquella que la convertía en la persona más puntual de su universo, un universo que se descomponía ahora en un número indeterminado de cadáveres causados por una probabilidad infinitesimal de tener un accidente.



III. Encarna

Conseguir aquel manuscrito de Virginia Woolf le había costado amigos y familia y un amor que ahora corría con tan valiosa pieza bajo el brazo buscando el mejor postor por toda Austria.

lunes, 11 de febrero de 2008

Propuesta de portada II

Otra nueva propuesta para la portada de "El imitador de voces"
[Fotografia de un souvenir austriaco de los años setenta]

Para aquellos que leyendo estos cuentos os preguntéis: ¿Pero qué te pasó Tomás? Aquí van unos breves apuntes biográficos que he conocido por gentileza de una compañera de trabajo muy fan de Bernhard, imaginen su buen humor, el de la compañera, claro. Espero que sea todo cierto, no lo he contrastado:

- Su madre huyó a Holanda para esconder su embarazo no deseado. De niño vivió siempre muy unido a sus abuelos, ellos prácticamente lo criaron.

- Convivió mucho tiempo con una señora mayor que él a la que llamaba "Tieta". Nunca se supo qué tipo de relación afectiva mantuvieron, ni falta que hace.

- Le gustaba mucho la lírica. En alguna ocasión declaró que había cantado óperas enteras y en papeles importantes, pero era totalmente inventado.

- Odiaba a Wittgenstein. Esto no tiene porqué ser traumático.

- Su trabajo de cronista en los tribunales de Viena le permitió conocer de primera mano tanta miseria humana.

jueves, 7 de febrero de 2008

Propuesta de portada


Esta ilustración hubiera quedado mejor de portada de El imitador de voces.

Qué hartura de defunciones...