Una, por así llamarla, barbarie es lo que había provocado en su rostro el maquillaje -de la casa Auschwienner- teniendo en cuenta que la casa Auschwienner, desde aquellos malolientes polvos nacarados, llevaba decenios reafirmando su intachable tradición de ser, los Auschwienner, los principales fabricantes de maquillaje para cadáveres -sobretodo vieneses- vivos y muertos, por lo que el jovencísimo Göttlieb, decepcionado y humillado por su propia tez, se miraba con reproche y de soslayo en cada espejo de la así llamada "mansión Rottenberger", mientras murmuraba para sus adentros que la próxima vez exigiría a los Auschwienner, como es natural, una gratificación por tan catastrófico resultado. Efectivamente, al cabo de dos días, y aunque en términos generales la ceremonia se sucedió sin sobresaltos en la así llamada "mansión Rottenberger", algunos hicieron notar en voz groseramente audible que el rostro del difunto presentaba un tono, por así llamarlo, demasiado saludable.
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1 comentario:
Observe cómo me doro un poco, señora. Ala, ya he dicho algo.
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