La última velada de la sartén littéraire, dedicada al mundo beatnik, comenzó muy adecuadamente: R leyó unos fragmentos de ese inaceptable testimonio de la novia de Jack Kerouac, para algunos, e imprescindible para otras. Pero los leyó para adentro.
Alcohol -vino californiano encontrado por Toronto-, cigarrillos y libros. Esa combinación sin la cual una velada literaria no es una velada literaria.
Jack Kerouac de cuerpo presente y su novia, Joyce Johnson, en un segundo plano. Se debatió bastante sobre ese "personaje secundario". Para unos, una pija que no entendió la esencia beatnik y que toda su vida llevó el estigma de haber sido "novia" de un mito -el cual no supo digerir- y, para otros, una testigo "de piedra" que no tuvo más opciones que actuar como actuó.
Las notas de Toronto reposan en el mantel a la espera de tirarse a la arena de las opiniones salvajemente beatniks. Faltaba alguien tocando los bongos con un jersey negro.
Y pamqueques con brownies. Ágapes quizás no muy beatniks, pero sí muy yanquies...
No ha sido una crónica muy elaborada, pero hay que pasar ya a la próxima, que se nos echan encima las lecturas.
No ha sido una crónica muy elaborada, pero hay que pasar ya a la próxima, que se nos echan encima las lecturas.
4 comentarios:
Detecto cierto sarcasmo borracho, egocentrista y vagabundo...
Parece que la sarten tuvo de todo un poco...
A mi lo que me deja alucinada,es que los primeros apuntes de Toronto eran a lapíz o boligrafo.
Ahora veo que son ya trabajados desde el ordenador...
Chicos!.
La sarten a la vez que pilla fuerza también gana en estilismo!.
Sobre todo, los comentarios tienen una intención vagabunda y titiritera... Como de haber perdido el norte...
Abutrí, qué cosas de fijarse! Más que estilismo, esto ya es repelentismo mio... la próxima vez vuelvo al boli que es más bohemio y vagabundo! A la crónica sólo añadir la llamada telefónica a Getafe para contar con su opinión en vivo: Joyce = mamarracha beatnik! La cosa quedó en un 50% a favor y un 50% en contra!
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