¡Qué razón tenían los que aventuraron que no me iba a gustar el libro!
No voy a hablar de lo tontísimos que me parecieron los personajes porque supongo que ya estoy mayor y soy lo suficientemente gruñona como para acordarme de cuando yo también era un personaje con vocación de vacuidad...
Hablemos, en cambio, de lo que sí me ha gustado.
Destaco dos aspectos.
Uno, formal: los cambios de enfoque a lo largo de la narración que agiliza incluso los tramos más áridos del texto.
El otro, argumental, las referencias al "otro" lado y a la figura del Doppelgänger que lleva a los personajes a atravesar su propio espejo demencial ( genial l última llamada de Sumire al modo de la espectral Caroline de Poltergeist ).
Para inspeccionar el "otro lado":
William Wilson de E. A. Poe
"Reflejos" ( arriba, un fotograma) de Alexander Aja.
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