Joseph Cornell
Toward the Blue Peninsula (for Emily Dickinson)
1951-52
(Foto: http://www.ibiblio.org/)
Caminando por la orilla del río (en mi paseo matinal,
en mi descanso),
en lo alto del cielo, sonó súbitamente en el aire,
sofocado, el abrazo de las águilas.
Hoy domingo, el suplemento dominical de El País se hace eco de la exposición en el New York Botanical Garden que recrea el jardín original de Emily Dickinson:
Emily Dickinson's Garden: The Poetry of Flowers.
Toward the Blue Peninsula (for Emily Dickinson)
1951-52
(Foto: http://www.ibiblio.org/)
¡Soy nadie! ¿Tú quién eres?
¿Eres - nadie - también?
¿Ya somos dos, entonces?
¡No lo digas! podrían descubrirnos - ya sabes.
¿Eres - nadie - también?
¿Ya somos dos, entonces?
¡No lo digas! podrían descubrirnos - ya sabes.
¡Qué fastidio - ser - alguien!
¡Qué impudicia - lo mismo que una rana -
Decir tu nombre - todo el santo junio -
A un pantano pasmado!
¡Qué impudicia - lo mismo que una rana -
Decir tu nombre - todo el santo junio -
A un pantano pasmado!
"Resulta que esteu d'acord en la majoria de coses, però no pas en totes, i us agrada discutir de les diferències. Ara bé, les vostres disputes sobre els relatius mèrits de diversos escriptors i artistes tenen un aspecte una mica còmic, ja que gairebé mai no aconseguiu canviar l'opinió de l'altre. Un exemple: tots dos considereu que Emily Dickinson és la millor poetisa del segle XIX, però mentre que tu tens debilitat per Whitman, la Gwyn el descarta per grandiloqüent i poc refinat, per ser un fals profeta. Tu li llegeixes un poema curt en veu alta (El festeig de les àligues), però no la convences, i et diu que li sap greu, però que un poema de dues àligues copulant en l'aire no li diu res". Paul Auster. Invisible. Pág, 107.
Andy Warhol
Bald eagle, 1983
(Foto: Artnet)Caminando por la orilla del río (en mi paseo matinal,
en mi descanso),
en lo alto del cielo, sonó súbitamente en el aire,
sofocado, el abrazo de las águilas.
El agresivo contacto amoroso en l0 alto del espacio,
el abrazo de entrelazadas garras, de un salvaje, viviente
y girante rueda:
cuatro alas sacudiéndose, dos picos, una compacta
masa unida en torbellino,
precipitándose en un círculo arracimado, girando,
derrumbándose en veloz caída
hasta quedar flotando por encima del río, ambas todavía
una sola cosa, momentáneamente sosegadas,
inmóviles, balanceándose en el aire, y luego se apartan,
se desunen las garras
y hacía arriba otra vez, con lentas y firmes alas
reemprenden (ella el suyo, él el suyo)
su distante y solitario vuelo.
Walt Whitman, El abrazo de las águilas.
(Fuente: Google Books)
el abrazo de entrelazadas garras, de un salvaje, viviente
y girante rueda:
cuatro alas sacudiéndose, dos picos, una compacta
masa unida en torbellino,
precipitándose en un círculo arracimado, girando,
derrumbándose en veloz caída
hasta quedar flotando por encima del río, ambas todavía
una sola cosa, momentáneamente sosegadas,
inmóviles, balanceándose en el aire, y luego se apartan,
se desunen las garras
y hacía arriba otra vez, con lentas y firmes alas
reemprenden (ella el suyo, él el suyo)
su distante y solitario vuelo.
Walt Whitman, El abrazo de las águilas.
(Fuente: Google Books)
Hoy domingo, el suplemento dominical de El País se hace eco de la exposición en el New York Botanical Garden que recrea el jardín original de Emily Dickinson:
Emily Dickinson's Garden: The Poetry of Flowers.
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