lunes, 26 de diciembre de 2011

Refrito


Ancora y Delfín,
una librería barcelonesa que abrió a mediados de los años 50' y...
¡sigue abierta!

Recuperamos, o sea, en refrito exclusivo para La Sartén Littéraire, la reseña que littleEmily escribió en su blog sobre La librería de Penelope Fitzgerald:

"Creo que escuché hablar por primera vez de la autora a través de Cristina que, valga la redundancia, es quien me descubre muchas autoras inglesas interesantes y completamente desconocidas en España. Desde que se ha publicado en España no he parado de escuchar críticas excelentes sobre ella aunque siempre hay a quien no le guste. Pero sabía que lo acabaría leyendo, al fin y al cabo habla sobre libros y los sueños que tenemos los lectores de conseguir abrir nuestra propia librería, un lugar acogedor donde los clientes puedan relajarse y encontrar un buen libro que se abra paso hacia su corazón. Y después del descalabro de Sin Alma, tenía ganas de leer algo más íntimo.

La librería me ha fascinado. No es un libro alegre, donde una persona lucha por hacer realidad sus sueños y lo consigue, más bien, te enseña la dureza de la vida y la hostilidad. La protagonista de la historia es Florence Green, una mujer madura que decide abrir una librería en un pequeño pueblo aislado de East Suffolk, Hardborough. Para ello, alquila una de las casas más antiguas, Old House. Pero al hacerlo, desata la firme oposición de una de las "cabecillas" del pueblo, Mrs Violet Gamart, puesto que desbarata sus planes de convertir la casa en un centro cultural. Mientras tanto, Florence, con la ayuda de un grupo de Scouts pondrá a punto Old House, que tiene serios problemas de acondicionamiento e incluso cuenta con un "rapper" (un poltergeist) de habitante. También contratará a una niña de once años, Christine, como ayudante , con una visión de la vida muy práctica y que tiene algunos de los mejores momentos de la novela.

La propia biografía de Fitzgerald se parece a la de Florence Green, la protagonista. Aunque su familia procedía en gran medida del mundo de las letras, comenzó a escribir sus novelas a los sesenta y un años, después de morir su marido. Florence decide abrir una librería después de quedarse viuda.

No quiero que os imaginéis una novela de "buenos y malos", sino que desde el momento en que empiezas a leer te pones del lado de Florence e intentas ver la necesidad que tiene el pueblo de tener una librería. Por otro lado, Penelope Fitzgerald ha sido comparada con la mismísima Jane Austen pero al leer La librería o cualquiera de sus novelas, te das cuenta de que es más bien por su manera de describir un ambiente cotidiano como si fuera una pequeña miniatura. Creo que la misma Fitzgerald se sentiría identificada con aquella frase que Jane Austen escribió en una carta a su sobrino, James-Edward, "un pequeño fragmento de marfil, de dos pulgadas de ancho, en el que trabajo con un diminuto pincel".

Tengo ganas de continuar con Fitzgerald. Lo más probable es que el siguiente sea El inicio de la primavera que acaba de publicar Impedimenta en castellano. Pero lo cierto es que tengo interés por todos sus libros: cada uno es diferente en argumento, personajes, época histórica al anterior. En Innocence nos traslada a la Italia de 1950 para explicarnos la historia de amor entre la hija de un aristócrata y un médico que proviene de una familia comunista. En cambio, en La flor azul (que Mondadori tradujó hace ya unos años al castellano) nos acerca al poeta y filosófo alemán Novalis y cuenta con Goethe y Shlegel como secundarios de lujo."

Por littleEmily en reading at the moonlight, 1 de mayo de 2011.


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