jueves, 1 de abril de 2010

Pecadores de la pradera


Imaginaos una pluma. Así como al principio de Forrest Gump.
Seguidla en su danza, movida por la brisa.
Praderas y bosques, granjas y pueblos. Verde, ocre, rojos brillantes. Las vias del tren, la calle mayor, la iglesia, la estación, el hotel, la escuela, la tienda, la casa del médico.
Invisibles entrareis por chimeneas, ventanas y puertas hasta bolsos y bolsillos, sombreros y sobres... milagrosamente, alcanzareis corazones, almas, pensamientos, conciencias, voluntades. Y con ellas, las alegrías y las penas, los anhelos y las decepciones de los habitantes de Winesburg, Ohio.
Había oído y leído maravillas sobre este libro ( a no perderse la magnífica portada de la edición en catalán en que El cercle de Viena escoge el soberbio "American Gothic" de Grant Wood ), por lo que casi no me atrevía a ponerme con él, por no rozar su áurea legendaria...¡¡menos mal que no fui tan lerda!!
Las leyendas hay que descubrirlas y valorarlas por una misma...y este libro bien merece el riesgo, sobre todo en estos días de mantitas y tazas de té. Él pone la chimenea, el fuego crepitando, la nieve cayendo al otro lado de la ventana, las confesiones, el conocimiento y el re-conocimiento.
Winesburg, Ohio os encandilará con pequeñas historias de aquellas que son inmensas en su sencillez.
dejáos mecer por él, como una pluma al viento.

Samedimanche. Winesburg, Ohio,
en Maelstrom,
post 30-11-2009

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