Pues sí, Crónicas marcianas tuvo también su adaptación cinematográfica, pero fue en forma de miniserie para la pequeña pantalla, en el año 1980. Tres únicos capítulos dirigidos por Michael Anderson, realizador británico muy dado al género fantástico que tiene en su haber varias adaptaciones de novelas de Julio Verne, La fuga de Logan (esa joya scf kitsch setentera) o también (las daremos por extraterrestres...) Las sandalias del pescador, quizás su película más famosa, que fue seguida por la menos conocida La papisa Juana, seguro que para aprovechar el tirón místico.
Crónicas marcianas, la miniserie, estuvo protagonizada nada más ni nada menos que por Rock Hudson. El gran actor y galán de la época dorada de Hollywood sobre el que la madre de Samedimanche dijo una vez: ¡¿Rock Hudson maricón!? Hay que ver qué pena, con lo guapo que era. Interpreta el papel del coronel John Wilder y entonces tenía 55 años. Cinco años antes de morir a causa del SIDA. Pero no negarán que aún peinando canas, Hudson conservaba intactos su atractivo y saber hacer. O en todo caso, peor aparece el marciano! No le miren a los ojos, pide a gritos que alguien le traiga de la Tierra un buen colirio.Y qué me dicen de la moda en Marte, esa caída de la túnica marcando pezón, más que unisex, directamente transex. Eso sí, muy limpio, hasta lleva la manicura francesa! Y el peinado, muy cómodo. Sin palabras para la escenografía y los efectos especiales... Así empezaban los ochenta, que década tan gloriosa! Aunque no les extrañe si hoy es considerada una serie de culto, suele pasar. En fin, de lo que pueden estar seguros es que lo mejor sin duda son las bonitas palabras que un día escribió Ray Bradbury, escuchen si no: