martes, 30 de julio de 2013

Verano Monster


La familia Monster lee en verano
(también en otoño, en invierno, en primavera...)

Gracias a la  rapiña  de suplementos culturales que lleva a cabo Madame Insonrible en su oficina, repescamos para el blog la interesante reseña del escritor y crítico literario Rodrigo Fresán de Siempre hemos vivido en el castillo:

Familia Monster

Esto es leyenda y es, también, verdad: el 26 de junio de 1948 la entonces «para toda la familia» The New Yorker publica esa cumbre del relato macabro que es «La lotería». Reacción instantánea: cientos de lectores horrorizados cancelan su suscripción al semanario, miles de cartas expresando furia y casi –como en el cuento en cuestión– demandando el linchamiento en público de la autora. Una tal Shirley Jackson (San Francisco, 1916-1965). Desde entonces ha sido considerada reina del espanto doméstico y, a partir de 2010, está inscrita en el glorioso catálogo de The Library of America junto a Mark Twain, Eudora Wty, Herman Melville, FrancisScott Fitzgerald, Willa Cather, William Faulkner, Saul Bellow, Edith Wharton, Philip Roth, etc.

The haunting
(Robert Wise, 1963), 
adaptación de la novela La maldición de Hill House.  


Siempre hemos vivido en el castillo es, junto a La maldición de Hill House, su novela más conocida y celebrada. Ambas recurren a una de las claves de la obra jacksoniana, el lugar cerrado y encerrado, y funcionan como hermanas gemelas pero diferentes. Mientras la segunda reformula el tópico de la casa embrujada, la primera opta por un realismo irreal. Lo que es sobrenatural en Hill House, en la mansión Blackwood es natural pero monstruoso.
Gran parte del escalofríopro viene de la magistral y poco fiable voz de la adolescente Mary Katherine «Merricat» Blackwood desgranando el espanto de amarse tanto en familia (junto a su temerosa hermana mayor, la frágil Constance, y su inválido y memorioso tío Julian) y de estar aislados y asediados por todo un pueblo de Nueva Inglaterra que los considera poco menos que monstruos.

Mujer lobo

La idea de una disfuncionalmente funcional familia muy normal que no lo es tanto encuentran en Jackson a una médium perfecta para amueblar su plano lleno de rincones oscuros. Merricatt –como la Frankie de Carson McCullers,la Scout de Harper Lee o la Mattie de Charles Portis– es alguien de quien nos hacemos amigos desde las primeras líneas sabiendo que, detrás de su gracia al confesarnos que le gustaría haber nacido mujer lobo, aletea la desgracia del deseo concedido de manera retorcida y, sorpresa, el más bestial y triste final feliz.
Así, Mattie como bruja autodidacta cuyo hechizo es poderoso y cuyo influjo resulta más que visible hoy en autores como Stephen King, A. M. Homes, Stephen Millhauser, Joyce Carol Oates, Richard Matheson o Kelly Link. Y cuya discusión sobre venenos y pócimas anticipa el final de una hechicera mayor. El de su creadora, que murió a los cuarenta y ocho años, alcohólica y adicta a las anfetaminas, obesa mórbida y, en los últimos meses, agorafóbica y encerrada en la pequeña habitación del castillo de sus pesadillas, que también –en lo poco que tardamos en leer este pequeño gran libro– son y serán las nuestras.

RODRIGO FRESÁN


viernes, 7 de junio de 2013

Esa grieta que se abre a nuestros pies


Ilustración 
de 
Edward Gorey

El siguiente texto de Rosa Montero apareció en su columna Lecturas compartidas del suplemento cultural Babelia del periódico El País el 22 de Diciembre de 2012.

Atención: recomendable haber leído antes la novela 


Rosa Montero

Esa grieta que se abre a nuestros pies


Hasta que no cayó en mis manos la novela Siempre hemos vivido en el castillo, de Shirley Jackson, escrita en 1962 y publicada en España hace un par de meses por esa maravilla de editorial que es Minúscula, no había escuchado nunca hablar de la autora: una gota de agua más en el vasto océano de mi ignorancia. Según informa la solapa del libro, Jackson (San Francisco, 1916-Benington, 1965) fue una autora de culto que ejerció gran influencia en un buen puñado de autores famosos, entre ellos Stephen King. Que el rey del terror la tenga entre sus referencias puede darte una idea del perfil de este relato: sí, en efecto, es espeluznante.
Y lo es de una manera sorpresiva y turbadora. Cuando abrí la novela no me esperaba caer atrapada desde las primeras páginas dentro de una atmósfera tan pegajosa e inquietante. Dentro de una historia a todas luces diferente y contada desde un lugar mental muy pocas veces frecuentado. Merricat, la protagonista y narradora de la historia, es una chica de dieciocho años. Lo dice ella misma en la primera línea del texto, pero de alguna manera su voz no parece tener esa edad; casi siempre la creemos más joven, y en ocasiones nos resulta mucho más vieja, Quiero decir que, desde el primer momento, el lector comprende que hay algo que no encaja. Hay una mínima grieta que recorre el suelo bajo nuestros pies: una línea apenas visible del grosor de un cabello. Merricat nos introduce inmediatamente en un ambiente social peligroso y opresivo: la narradora está haciendo la compra semanal en en las tiendas del pequeño pueblo en el que vive, y ese acto, tan sencillo para todo el mundo, constituye para ella una prueba de valentía y una terrible angustia, porque los vecinos se meten con ella de una forma brutal e incomprensible. La humillan, se burlan, la agreden. Merricat lo soporta como puede, intenta desarrollar estrategias defensivas, procura fortalecerse mentalmente. Pero es como un conejito perseguido por lobos, como una niña indefensa a la que los bárbaros acosan. Los lectores no entendemos el porqué de tanta violencia, pero nos la creemos; vamos viendo que hay algo que ha sucedido, algo tremendo en el pasado de la chica. Crece nuestra incomodidad y la grieta se abre medio milímetro.

Margherita Manzelli
Las posibilidades son infinitas
(1996)

Merricat regresa por fin al refugio de su “castillo”, de su casa, una mansión de ricos en las afueras del pueblo en donde vive con su hermana mayor Constance, que es como una hada buena, y con su tío, un hombre muy enfermo. Respiramos de alivio, como Merricat, al llegar al abrigo de esa cocina diáfana e iluminada por el sol. Pero la tranquilidad nos dura muy poco; en realidad, ese entorno dulcemente familiar empieza a deslizarse enseguida hacia lo tenebroso. EL peligro que antes presentíamos proveniente de los vecinos del pueblo comienza a agolparse aquí, en el interior de la casa, en el corazón mismo de la extraña intimidad de Merricat. Con una maestría escalofriante, Jackson va sembrando su relato de pizcas venenosas, hasta convertir la cotidianidad de esa familia en un ambiente perverso que la restellante luz y el aroma de las magdalenas recién horneadas no hacen sino empeorar. Primera lección: el horror no siempre se oculta en la oscuridad, lo cual resulta todavía más amedrentarte. A estas alturas la grieta tiene ya un par de centímetros de anchura u amenaza con abrir la tierra a nuestros pies.
La tensión va subiendo hasta que, en la última parte de la novela, estalla un paroxismo de destrucción y enfrentamiento, en una apoteosis casi operística por lo monumental y melodramática. No es lo que más me gusta; prefiero con mucho el relato anterior, mínimo y asfixiante. De alguna manera, siento que la acción se desplaza a otro nivel, más simbólico, menos realista. Pero, aún así, es un libro soberbio. Y lo es, sobre todo, por esa tremenda y poderosa recreación del mundo tal y como lo ve una mente enferma. Indudablemente Merricat padece un desequilibrio psíquico; y su verdad está tan bien contada que leer este libro es como viajar a los confines más remotos de la Tierra. Desde esos ojos, las cosas más habituales se convierten en algo muy distinto. Ahora puedes regresar con la memoria a las primeras páginas del libro, a ese inolvidable paseo por el pueblo, al tremendo miedo que Merricat sentía, a la violencia percibida. Real, desde luego: ¿pero también multiplicada por esa percepción trastornada de la vida?
Nada más terminar la novela, me lancé a googlear la vida de Shirley Jackson: m avergüenza confesarlo siendo yo misma escritora y detestando que los lectores se empeñen en rastrear las novelas buscando ecos biográficos. Pero también soy humana, en fin, y además la desquiciada voz de Merricat es tan real y tan difícil de conseguir que quise investigar qué podía haber detrás. Y detrás, como en toda vida, sólo hay oscuridad. Dicen que fumaba mucho, que estaba obesa, que sufrió varias afecciones psicosomáticas y neuróticas, que todo esto y las múltiples medicinas que tomaba pudieron ser la causa de su temprana muerte a los 48 años. Otros dicen que se sintió perseguida en uno de los pueblos en los que vivió. Sus retratos muestran una mujer inquietante; aunque quizá sólo sea la impresión que ha dejado en mí su tremendo texto. Una no puede por menos que pensar en el desesperado dolor psíquico, en la angustia de quien se siente distinto y no comprendido. En la persecución y el ostracismo que sufren las personas con enfermedades mentales, a causa del prejuicio de la mayoría. ¿Sintió algo así en algún momento Shirley Jackson? No sé: su novela está demasiado bien estructurada: no es un texto testimonial, sino sin duda la obra de una gran profesional. En fin, sobre el misterio que siempre es el Otro sólo hay rastros difuminados, complicidades, intuiciones. Y esa grieta que amenaza con abrirse bajo nuestros pies.


miércoles, 5 de junio de 2013

Siempre hemos vivido en Beverly Hills


 Joan Crawford y Bette Davis
en
¿Qué fue de Baby Jean?
Robert Aldrich 
(1962)

Porque no siempre dos hermanas encerradas en una mansión tienen que llevarse la mar de bien...


viernes, 31 de mayo de 2013

Siempre hemos vivido en Grey Gardens


Edith Bouvier (la auténtica) 
abre las puertas de Grey Gardens a La Sartén...

Hace tiempo que eme me recomendó esta película y no la había visto hasta hoy... voy a estar un tiempo con stress post-traumático.
No voy a contaros mucho sobre Grey Gardens porque lo que hay es que verlo. Hay que ver a Drew Barrymore y a Jessica Lange en estado de gracia en sus interpretaciones de Big y Little Edith Bouvier Beale, dos extrañas mujeres que vivieron una vida extraña encerradas en su casa de East Hampton hasta que los cineastas Albert y David Maysles rodaron un documental sobre ellas (el homónimo Gray Gardens ) en 1975 y sacaron a la luz a las extravagantes tía y prima, respectivamente, de Jacquie.
Ahora su historia es el argumento de un musical famoso. Una gran paradoja.
Aquí os enlazo una galería de fotos impresionante de la revista Life para que podáis comparar con esta de encima, de las actrices caracterizadas.


Pero, por favor, ved la película. Visitad Grey Gardens, su jardín amurallado, sus gatos, sus mapaches...
Os dejo el trailer del documental original.
"Bigger than Life"


Texto posteado por Samedimanche en Maelström: Grey Gardens: las locas del desván de Jacqueline Kennedy. (29/06/2010).

martes, 28 de mayo de 2013

Siempre hemos vivido en Harlem


  Residencia de los Collyer
   (ca. 1947)

Como las hermanas Merricat y Constance en su castillo, de los Blackwood de toda la vida...  Homer y Langley, los hermanos Collyer, siempre vivieron en su casa familiar del barrio de Harlem, Nueva York.


Los padres de Homer y Langley murieron a causa de la gripe española, dejando en herencia a sus dos únicos hijos, muy jovencitos, la mansión y el resto de la fortuna familiar,  lo que les permitió vivir sin tener que trabajar. Homer era ciego desde la adolescencia, Langley volvió muy tocado de combatir en la Primera Guerra Mundial. Con fama de excéntricos por las pintas dejadas que lucían, perseguidos por los periodistas locales y espiados por los vecinos, los hermanos terminaron atrincherados en la casa, solos, sin servicio, envejeciendo escondidos como dos fantasmas. Pero salían de vez en cuando, lo necesario para ir acumulando en la casa pilas y pilas de periódicos, revistas, libros y toda clase de  objetos (máquinas de escribir, armas, televisores, pianos, máquinas de coser, tapices, relojes...). Murieron el mes de marzo de 1947 y los encontraron semi-enterratdos entre toneladas de basura y rodeados de todos aquellos objetos, que poco después se subastarían, produciendo una gran expectación en la ciudad. Las impresionantes fotos del interior de la casa una vez entraron los bomberos y la policía, terminaron de dar cuerpo a la leyenda de los hermanos Collyer.



E.L. Doctorow noveló la historia de los Collyer en Homer y Langley (2010).

sábado, 4 de mayo de 2013

Siempre hemos vivido en el castillo




«Me llamo Mary Katherine Blackwood. Tengo dieciocho años y vivo con mi hermana Constance. A menudo pienso que con un poco de suerte podría haber sido una mujer lobo, porque mis dedos medio y anular son igual de largos, pero he tenido que contentarme con lo que soy. No me gusta lavarme, ni los perros, ni el ruido. Me gusta mi hermana Constance, y Ricardo Plantagenet, y la Amanita phalloides, la oronja mortal. El resto de mi familia ha muerto.» Con estas palabras se presenta Merricat, la protagonista de Siempre hemos vivido en el castillo, que lleva una vida solitaria en una gran casa apartada del pueblo. Allí pasa las horas recluida con su bella hermana mayor y su anciano tío Julian, que va en silla de ruedas y escribe y reescribe sus memorias. La buena cocina, la jardinería y el gato Jonas concentran la atención de las jóvenes. En el hogar de los Blackwood los días discurrirían apacibles si no fuera porque los otros miembros de la familia murieron envenenados allí mismo, en el comedor, seis años atrás.


Shirley Jackson (San Francisco 1916 ― Bennington 1965) estudió en la Universidad de Syracuse. En 1948 aparecieron su primera novela, The Road Through the Wall, y el cuento «La lotería», que se ha convertido en un clásico del siglo XX. Su obra ―que también incluye otras novelas como Hangsaman (1951), The Bird’s Nest (1954) o La maldición de Hill House (1959) y los ensayos autobiográficos Life Among the Savages (1953) y Raising Demons (1956)― ha ejercido una gran influencia en Stephen King, Richard Matheson, Jonathan Lethem y Donna Tartt, entre otros escritores. En 1962 publicó Siempre hemos vivido en el castillo, que fue considerada por la revista Time como una de las diez mejores novelas del año.

Textos i foto de la autora: Editorial Minúscula

Foto del castillo: Edward Scissorhands (Tim Burton, 1990)

miércoles, 1 de mayo de 2013

Sartén gris


 En un día gris,
 yo prefiero una casa
En un día gris, un mantel a cuadros blancos
Pa-pa-ra-pa

... cantaban Aventuras de Kirlian. Así que pícnic suspendido por la lluvia, pero, mantel de cuadros incluido, la Sartén Littéraire se celebró igualmente el domingo 28 de abril en chez Toronto, anfitrión (junto a Beverly Sarrià...) de la velada. Acudieron a la cita, por orden de llegada: Clouseau i La Abutrí de Getafe, Samedimanche, Insonrible, LittleEmily, Julián y Raúl. Excusaron su ausencia: Alla (por culpa de un catarro primaveral), Kira (allons enfants de la patrie) y B. Powerful (andaba probando todos los masajes de un balneario).

 Éxtasis del punto uniforme de la manta
(Foto flou gentileza de Buscadores de fantasmas)


En lugar seguro de Wallace Stegner gustó a la minoría que alcanzó a leerlo a tiempo. De tres, solo apasionó a uno, Toronto, que por eso lo había escogido. A Samedimanche, que la encontró tristona, también le gustó, destacando por encima de todo que está muy bien escrita. A Clouseau le gustó, pero menos, se aburrió un poco, confesó, y también coincidió con Samedimanche que algunos personaje cojean (por ejemplo Sally Morgan, polio aparte...), están algo desdibujados. Quizás a esta novela igual hay que echarle de comer aparte, sí. Ambientalismo le llaman. Aparentemente no pasa mucho, igual algunos dirán que nada... pero en realidad sí pasa, pasa la vida (... pasa la vida pero sin Maria Teresa Campos, por favor!). No debe ser nada fácil lograr escribir con tanta elegancia y sentimiento los momentos cotidianos entorno a la amistad, el respeto y la generosidad, inquebrantables a prueba de múltiples vicisitudes que en ningún momento destacan por ser extraordinarias (en esta novela no hay golpe de efecto alguno): los éxitos y fracasos laborales, los hijos, las excursiones en verano, alguna situación tensa que nunca llega a explotar (¡las bolsas de té!), la separación durante muchos años sin prácticamente mantener contacto, el reencuentro. Marca de Stegner es el conocimiento experto del mundo de los profesores de universidad porque él lo fue. Clouseau señaló qué poco ha cambiado todo en ese mundo, continúan igual las envidias, enchufes, afán por publicar... En otro orden, no menos importante, está la descripción del paisaje, algo que también borda Stegner y el lector disfruta plenamente: queremos una casa en Vermont! Tuvimos tiempo también para recordar algunos pasajes que más calaron por su belleza, Toronto destacó por ejemplo el baño matinal de los Lang en el río bajo la mirada pura, llena de admiración y cariño, rayando lo idílico, de Larry, el narrador. Y no pasó nada desapercibida la rica y elegante Charity Lang, el personaje más controvertido, aparentemente esposa, madre y amiga perfecta si no fuese por ese ansia en controlarlo todo incluso después de muerta.


No hubo concurso de portadas porque  esta vez solo había  una  portada, muy bonita, como todas las de Libros del asteroide:

Stegner, Wallace
En lugar seguro
Traducción de Fernando González. 
Barcelona: Libros del asteroide, 2008. 
392 p. 
ISBN: 978-84-936597-1-4. 
21,95 €. (E-book 12,99 €).


¡Pasemos al menú!


No hay pícnic indoor que se precie sin su mantel de cuadros (pa-pa-ra-pa) y para comer: sandwiches (estos de salmón, buenísimos!), carne rebozada (Kira, que lo sepas, es importante: ¡de pollo!), tortilla de patatas y ensaladilla rusa. Bebimos cerveza, vino, coca-cola zero i agua. El postre, un estupendo pastel de crema y chocolate de Pastelería Clarita, fresas con helado de chocolate y los cafés.

El pollo de Toronto
(Foto gentileza de Mi extraña adicción)

Ellas y Beverly Sarrià 
también están enganchadas al canal Xplora

Para la próxima sartén, escogió LittleEmily, quien nos propone una novela de tinte gótico de alto voltaje:  Siempre hemos vivido en el castillo de Shirley Jackson. Probaremos por segunda vez de hacer un pícnic al aire libre y lo propio sería cerca de las ruinas de algún castillo...  Esperemos que a finales de mayo el buen tiempo acompañe y que nadie traiga veneno en la cesta.

viernes, 26 de abril de 2013

Pícnic indoor



Nada que ver con el generoso escote de Kim Novak o el torso desnudo (y depilado) de William Holden. Nuestra intención era rendir homenaje a Charity Lang, una de las protagonistas de En lugar seguro, la novela de Wallace Stegner.

Pero la previsión de lluvia para este domingo 28 de abril nos obliga a cancelar el pícnic en Montjuïc y buscar un lugar seguro (chiste fácil) donde no mojarnos ni pasar frío.

Así que nuestra cita será en casa de Toronto a partir de las 13:30 H.

Y sí, Beverly Sarrià amenizará la velada con un hit para VIPs, adhoc al título de En lugar seguro, que no al espíritu, o igual sí... Aquel que dice: Este es un lugar de ambiente, donde todos es diferente, donde siempre alegremente, bailarás toda la noche... ahiiiiiií:


¡No pueden faltar!
Unsurpassed!
Unforgettable!

jueves, 25 de abril de 2013

Primavera en Vermont


 John David Geery
April Shadows

¡Se acerca nuestra cita sartenera! Previo a la convocatoria y a la posterior crónica del feliz encuentro, aquí les deja Toronto el post que leyó un buen día y le llevó hasta En lugar seguro. Lo firma Jordi, autor de Estació de servei,  blog que recomendamos tanto como el maravilloso libro que reseñó:

En lloc segur/ Crossing to safety.
Wallace Stegner.


En Larry i la Sally Morgan visiten els seus amics, en Sid i la Charity Lang, per retrobar-se durant el que seran les darreres hores de la Charity. Fluctuant entre el present i el passat, En lloc segur és la crònica de la seva amistat, una amistat plena de moments dolços però també d'amargs, una crònica farcida de lleialtat, dubtes, desacords però, per damunt de tot, d'amor.
Només val la pena llegir un llibre si es mereix ser rellegit. No recordo si la cita- que, evidentment, no és literal- és d'en Cabré però, més enllà de la seva autoria, en aquest cas s'escau a mida pel llibre que comento. Puc dir que En lloc segur és un dels llibres més meravellosos que he llegit mai. Fa tres anys el vaig llegir i ara hi he tornat.
Seguir leyendo...


John David Geery
Hills of Vermont


domingo, 14 de abril de 2013

Cold Turkey & Hot Sartén


¡En La Sartén Littéraire no paramos de eventos (fritos)!

Primero fue Alla con la exitosa presentación de Las crónicas nocturnas del Chiringuillas, después la visita de John Irving a Barcelona para promocionar En una sola persona con colas kilométricas para asistir a la charla que mantuvo con Antonio Orejudo en la biblioteca Jaume Fuster. Recordemos que durante el año 2009 leímos un Irving en esta comunidad de incansables elucubradores, Príncipes de Maine, reyes de Nueva Inglaterra, y la mayoría de sartencitos somos devotos. 

La próxima cita importante e imperdible:
¡la presentación en Barcelona de Cold Turkey! 

También una vieja conocida en La Sartén, ya que tuvimos el privilegio, por cortesía de Insonrible, su autora y sartencita, de leer un primer original que, ahora en su versión definitiva, verá la luz esta semana en papel impreso (o deberíamos decir pulp impreso), con esta pedazo portada:


Cold Turkey
una novela de Encarna Castillo

¡Presentación!

Jueves 18 de Abril,  a las 20:00 h.
Coctelería Tahiti
C/Joaquín Costa, 39
Barcelona 08001

+ Información sobre Cold Turkey en:
 http://encarnacastillo.com


miércoles, 3 de abril de 2013

Chiringuillas news



La Sartén Littéraire se complace en anunciar la presentación de la novela de Alla, nuestra más reciente sartencinta: 
Las Crónicas nocturnas del Chiringuillas

Será el viernes 5 de abril, a las 20:00 h. 
en La Violeta, c/Sant Joaquim nº12, en Gracia.
Entrada libre
¡Allí estaremos!

martes, 12 de febrero de 2013

En lugar seguro


Edward Hopper
Mar de fondo
(1939)

En lugar seguro. Cuando dos jóvenes parejas se conocen durante la Gran Depresión surge entre ellas una amistad que durará toda la vida. Son muchas las cosas que inicialmente comparten: Charity Lang y Sally Morgan están esperando su primer hijo, y sus maridos Sid y Larry son profesores de Literatura en la Universidad de Wisconsin, aunque su relación se va haciendo más compleja a medida que comparten décadas de lealtad, amor, fragilidad y desacuerdos. Treinta y cuatro años más tarde del inicio de esta amistad los Morgan visitan la colonia de veraneo de sus amigos en Vermont para el que saben será su último fin de semana junto a Charity. Durante esa visita Larry rememora todos sus años de amistad: las alegrías, las penas, las ilusiones y también los sueños que quedaron por cumplir; pero por encima del relato de los hechos late una profunda reflexión sobre el amor y la amistad, sobre los intentos de cuatro personas por hacer frente a las tribulaciones de la vida.


Wallace Stegner (1909-1993) nació en Lake Mills, Iowa. Hijo de inmigrantes escandinavos, vivió con sus padres y su hermano en distintos puntos del oeste americano antes de que se asentaran en Salt Lake city en 1921.
Después de doctorarse en la Universidad de Iowa, enseñó Literatura en distintas universidades, hasta instalarse finalmente en la Universidad de Stanford, donde pondría en marcha una de las escuelas de escritura más importantes del país y en la que estudiarían escritores como Raymond Carver, Tobias Wolff, Wendell Berry o Ken Kesey.
Apasionado del oeste y de la vida al aire libre, Stegner compaginó la docencia y su actividad literaria con la campaña en pro de la defensa de la naturaleza y la colaboración con distintas organizaciones conservacionistas como la red de parques naturales de EE.UU. o la Wilderness Society.
Aunque alcanzó la fama como novelista, es autor de una amplia y valorada obra que abarca títulos de ficción, historia, biografía y ensayo. Recibió numerosos galardones por sus novelas como la Commonwealth Club Gold Medal por All the Little Live Things (1967); el Premio Pulitzer por Ángulo de reposo (1971) y el National Book Award por The Spectator Bird (1976). Entre el resto de su obra destacan también las novelas En lugar seguro (1987), Remembering Laughter (1937) y The Big Rock Candy Mountain (1943).*

sábado, 9 de febrero de 2013

¡Viva la Munro!


 La Sartén Littéraire se reunió el domingo tres de febrero puntualmente chez Madame Insonrible, anfitriona de excepción y triunfadora en su elección, porque los cuentos de Alice Munro gustaron y mucho a casi la totalidad de los allí presentes: Samedimanche, B Powerful, Closeau, Julián, Alla, Raúl, Kira y Toronto. Excusó su ausencia LittleEmily (pero sabemos vía Facebook que había caído rendida ante el arte de la Munro). Y no llegó a mayoría absoluta porque Julián no pudo leerlo (pero lo hará) y a Alla (quien nos trajo una sorpresa que más adelante explicaremos...) no le había terminado de convencer lo poco que había empezado, por lo cual el resto de sartencitos le recomendamos encarecidamente que no dudara en darle una nueva oportunidad.

Odio, amistad, noviazgo, amor, matrimonio entra directo al podio imaginario de lo mejor que hemos leído en la sartén. O Lunas de Júpiter, en el caso de Raúl, otro libro de cuentos de la Munro que él leyó en lugar del recomendado y con el quedó igualmente encantado. B Powerful no dudó en comprar enseguida otros títulos de la misma autora. Kira compartió el entusiasmo y la alegría por tan grato descubrimiento. Closeau quedó maravillada por ese viaje al Canadá profundo. Toronto sólo piensa en escapar a Toronto.
Munro, Alice. 
Odio, amistad, noviazgo, amor, matrimonio
Traducción de Marcelo Cohen. Barcelona: RBA, 2007. 365 p. ISBN: 9788489662872. 8.50 €


Empezaremos por el principio porque el cuento homónimo que abre Odio, amistad, noviazgo, amor, matrimonio deja el listón en lo más alto y, al lector, boquiabierto. Pero el ritmo no decae, cuento tras cuento, hasta el final. Como Samedimanche celebró, la Munro encuentra siempre el punto justo: no falta ni sobra absolutamente nada. Con poco es capaz de decir, no ya mucho, sino todo! Cualquiera se pone a escribir después de leer esto... apostilló. Cuentos, perfectos en su estructura, que te atrapan, con unos personajes de carne y hueso que los visualizas a la perfección, vives con ellos. Además, tocado todo de una poética y una sensibilidad por los detalles y una carga psicológica que inevitablemente logra emocionar y remover pensamientos a partes iguales.
No pasó tampoco desapercibido que el punto de vista femenino reina en prácticamente los nueve cuentos. O el conocimiento del entorno geográfico y humano de pueblos y ciudades del Canadá. Y sin caer en tópicos y sensiblerías, sacando por contra a relucir ese reverso oscuro de la condición humana que justifica todavía más la influencia del Gótico sureño sobre su prosa, como dio cuenta Insonrible en este mismo blog y remarcó de nuevo en la reunión, citando a petición de los asistentes nombres concretos, destacando el del escritor, antiguo editor del The New Yorker, William Maxwell.

¡Concurso de portadas!

Destacaremos primero la más fea, que fue sin duda la edición catalana de El Club editor. Esas dos pasas secas sobre un fondo ocre se pasan,valga la redundancia, de simbolismos y son simplemente eso, feas. Ganó la portada de la edición en inglés, Hateship, Friendship, Courtship, Loveship, Marriage, de la editorial Vintage que Kira compró a muy buen precio en Foyles. Mención especial para las portadas de los otros libros editados por Debolsillo, francamente muy bonitas!

En el apartado gastronómico, comimos ensalada de salmón, crema de calabacín, pizzas variadas y algo tuneadas. Bebimos vino tinto y vino blanco (con una botella preciosa con la etiqueta con forma de hoja, muy parecida a la de arce, que es la de la bandera del Canadá... pero el vino era gallego y muy rico!). De postre, pastel de crema con frutas y auténticos panqueques, hechos al momento y regados con delicioso (y pringoso) sirope de arce! Brindamos con cava por la Munro y por nosotros, antes de pasar a los cafés, acompañados de bombones, algunos también con la forma de la hoja de arce... Hay qué ver, qué detallistas!

Como colofón sorpresa (que Raúl anunció, pero fue sorpresa), Alla presentó, en exclusiva sartenera, un ejemplar de la edición impresa de su primera novela: Las crónicas nocturnas del Chiringuillas. Closeau, un poco pachucha pero sacando para la ocasión su mejor voz de institutriz, nos leyó la primera página. Un arranque que nos dejó muy buen sabor y ganas de más. De momento ya está a la venta en versión electrónica y, muy pronto (informaremos próximamente de la fecha y lugar de la presentación), la versión impresa en las librerías más interesantes de la ciudad.

Alla Zaborova
Las crónicas nocturnas del Chiringuillas

Pero nos despedimos, como siempre, anunciando el nuevo libro. Toronto propuso En lugar seguro de Wallace Stegner. La última novela que escribió este afamado escritor y profesor estadounidense es, sobre todo, un canto a la amistad, algo que mimamos especialmente en La Sartén Littéraire y que sin duda es la razón por la que sigue vivita y coleando! Brindemos por ello!

miércoles, 9 de enero de 2013

Juego secreto





                                Iglesia Saint Paul, Wingham, Ontario, 1891

Días atrás, nuestro sagaz cronista Toronto comentaba en un post en este blog: «Y hablando de itinerarios Munro... probaron de aplicar el juego de Odio, amistad... sobre los nombres de los protagonistas del primer cuento? Háganlo al terminar el cuento y verán...…».

A la vuelta de vacaciones navideñas, buscando información sobre Alice Munro en la Red, me tropecé con este artículo donde se explica cómo funciona el juego al que Toronto nos retaba. Leí el libro hace tiempo y no recuerdo si en su momento me di cuenta o no del mensaje cifrado. Pero, por si hay alguien igual de perezoso que yo, y no se haya dado cuenta de ello (no de que sea perezoso, sino del mensaje secreto), solo hay que seguir las instrucciones de Emanuel Rodríguez, autor de este artículo que podéis leer completo en La Voz:

«Como cualquiera de los otros, ese cuento [Odio, amistad, noviazgo, amor, matrimonio] resume la capacidad de Munro para indagar en las incomprensibles secuelas de eventos que podrían pasar desapercibidos para un observador desatento. Situaciones que no siempre llamarían nuestra atención y que Alice Munro parece mirarlas desde una dimensión humana poco frecuentada, un lugar para mirar al otro que es un lugar para mirarse a sí misma. Desde un compromiso con los sucesos que definen nuestras vidas, con los momentos que la cifran en su impenetrable maravilla.»
[RODRÍGUEZ, Emanuel; “El crecimiento de las piedras”, La Voz, 24/05/2012].



lunes, 7 de enero de 2013

Alice Munro, Duquesa de Ontario



Un jurado compuesto, entre otros, por Coppola, Magris y Almodóvar otorgó a Alice Munro el título de Duquesa de Ontario, como ganadora en 2005 del V Premio Reino de Redonda, instaurado por Javier Marías.

La escritora mereció tal distinción por «su magnífica creación de personajes femeninos, en apariencia corrientes pero de enorme profundidad en un marco (...) que ha logrado dotar de una dimensión equivalente a las ficticias regiones de William Faulkner y de Thomas Hardy».

El Reino de Redonda es una nación ficticia cuyo rey es, desde 1997, Javier I, es decir, el escritor Javier Marías.