No sin antes perderse por las laberínticas calles de El Carmel, los sartencitos fueron llegando Al Gato y el Tobillo, residencia de Samedimanche, su santo y Elvis, el gato. Una acogedora mansión también conocida por Maelström Cottage, situada en las cumbres (algo borrascosas ese lunes de Pascua) y que no hay que confundir con las posadas vecinas de Al Paco y el Quincazo o la de Al Ruso y el Padrino (...estoy sintiendo tu perfume embriagador...). La Sartén Littéraire se reunió casi al completo, lamentando la baja de nuestro lobo Julián, que a causa de un catarro primaveral se quedó en casa guardando cama y agarrado a un buen vaso de groc (sospechamos doble de coñac). Por otra parte, cabe destacar que se unieron a esta sartén pickwickiana dos nuevas y encantadoras tertulianas: littleEmily, dickensiana de pro, y Mireia, de la familia Powerful. En el apartado gastronómico, esta vez fuimos más comedidos, aunque nos saltamos olímpicamente la operación bikini. Lean si no la lista de nuestro menú, descubrirán que no es precisamente compatible con la Dunkan o el sirope de savia, ni apta para diabéticas aceleradas: deliciosas Jacked Potatoes con alubias y/o bacon, un riquísimo hojaldre de jamón y queso (aplausos ilimitados para Kira), butifarra dulce y croquetas (éstas algo deconstruidas, pero con todo su sabor!).
Hojaldre y croquetas deconstruidas
De postre: huevos y conejitos de chocolate, tartas caseras de chocolate y nueces una, de ciruelas con piñones la otra (aclamaciones prolongadas para la pastelera búlgara). Para beber: refrescos, vino tinto y cerveza. Con los cafés y licores, nuestra querida Belén Powerful nos ofreció unos dulces turcos, traídos directamente de Istambul, después del viaje de celebración por su reciente liberación laboral, una excelente noticia que también celebramos todos brindando (inmensas aclamaciones y clamores) al más puro estilo Pickwick!
Traducción de José María Valverde.
Prólogo de Jordi Llovet.
Barcelona: Debolsillo, 2009.
ISBN: 978-84-8450-695-9.
1008 p.
Closeau, picarona ella, se lo pasó en grande con tanta picaresca. Advirtió que al principio se perdía entre la multitud de personajes, pero que rápidamente se identifica a los principales, de los que, sin duda, el más aclamado fue Sam Weller. Se proclamó con derecho a un spin-off que por lo visto Dickens no le escribió, aunque el mismo perfil de personaje sí se retoma en otras de sus novelas. Por cierto, de todas las novelas de Dickens, littleEmily y Samedimanche coincidieron en situar en el podio David Copperfield, seguida de cerca por Casa desolada, sin desmerecer el long seller Historia de dos ciudades y algo decepcionadas, valga la paradoja, por Grandes esperanzas.
Continuaron explicando anécdotas sobre la intensa vida de Dickens: la vida en familia en una cárcel de deudores, una infancia muy dura en las calles de Londres, su éxito en la prensa y la primera novela entre la crónica y la autobiografía, los largos paseos a lo Forrest Gump (solo o arrastrando al pobre Wilkie Collins y su pie maltrecho por la gota), o las giras dando charlas y conferencias con un éxito arrollador, ríanse ustedes de la Madonna de antaño o la Lady Gaga de ahora. Parte de esas giras están recogidas en Notas de América, un tour en el que coincidió con su antítesis de la oratoria, el soso de cojones Hans Christian Andersen. Concluimos el repaso por la obra de Dickens observando que leas lo que leas , siempre acaba apareciendo algún huérfano... lo que nos dio pie a ir sacando muchos más huerfanitos que viven en la literatura (Dickens encabezando el ranking), en el cine (¡¡¡la odiosa Annie!!!) o por doquier (Guillermo, sí el que se casa este viernes en Westminster).
Kate con la sartén por el mango

Dickens, Charles.
Los papeles póstumos del Club Pickwick.
Traducción de José María Valverde.
Prólogo de Jordi Llovet.
Barcelona: Mondadori, 2004.
832 pág.
ISBN: 9788439710684.
Para la próxima sartén, dejamos el siglo XIX y regresamos al presente con una novedad editorial: Leonora, la biografía novelada de la pintora Leonora Carrington, escrita por Elena Poniatowska. La escogió Raúl... ¿Tendrá algo que ver Leonora Carrington con la Alexis Carrington de Dinastía, o lo que es lo mismo, con su idolatrada Jackie Collins? Quien sabe, nos adentramos en el apasionante mundo de los artistas surrealistas.



1 comentario:
Plas, plas, plas... Gracias otra vez por la crónica tan completa. La verdad es que nadie perdió los papeles con Los papeles... Aunque no la leí esta vez, los resúmenes varios y las diferentes ilustraciones fueron muy instructivas.
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