Residencia de los Collyer
(ca. 1947)
Como las hermanas Merricat y Constance
en su castillo, de los Blackwood de toda la vida... Homer y Langley, los hermanos Collyer, siempre vivieron en su casa familiar del barrio de Harlem, Nueva York.
Los padres de Homer y Langley murieron a causa de la gripe española, dejando en herencia a sus dos únicos hijos, muy jovencitos, la mansión y el resto de la fortuna familiar, lo que les permitió vivir sin tener que trabajar. Homer era ciego desde la adolescencia, Langley volvió muy tocado de combatir en la Primera Guerra Mundial. Con fama
de excéntricos por las pintas dejadas que lucían, perseguidos por los periodistas locales y espiados por los vecinos, los hermanos terminaron atrincherados en la
casa, solos, sin servicio, envejeciendo escondidos como dos
fantasmas. Pero salían de vez en cuando, lo necesario para ir acumulando en la casa pilas y pilas de periódicos, revistas, libros y toda clase de objetos (máquinas de escribir, armas, televisores, pianos,
máquinas de coser, tapices, relojes...). Murieron el mes de marzo de 1947 y los encontraron semi-enterratdos entre toneladas de basura y rodeados de todos aquellos objetos, que poco después se subastarían, produciendo una gran expectación en la ciudad. Las impresionantes fotos del interior
de la casa una vez entraron los bomberos y la policía, terminaron de dar cuerpo a la leyenda de los hermanos Collyer.
E.L. Doctorow noveló la historia de
los Collyer en Homer y Langley (2010).
4 comentarios:
Libro muy-muy-muy recomendable...
Sólo de pensar que tenían un Ford T en casa...me dan escalofríos!
¡Quiero leerlo! ¿Me lo pasa alguien cuando nos reunamos? Gracias.
Lo tengo en català, si le va bien se lo traigo!
Sí. Moltes, gràcies, Toronto.
Publicar un comentario