I
La crítica especializada saludó Dear Life, la última recopilación de cuentos de la canadiense Alice
Munro, publicada en inglés en noviembre de este año, como el lugar ideal desde
donde captar la esencia de la vida.
Seguramente, Dear Life
agrupe otro buen puñado de historias de esas que son capaces de herirte,
dejándote noqueada durante unos minutos, y, a la vez, elevarte unos palmos del
suelo, para volver a dejarte caer y acomodarte de nuevo en el sofá en busca de
otro nuevo chute de crónicas sencillamente
profundas y que son las que dan sentido a cierta literatura. Pero
servidora, que ha sido quien ha propuesto esta lectura, cree que, para quien
no conozca a Alice Munro es mejor empezar a leerla siguiendo el proceso natural
por el que esta escritora canadiense llegó al gran público lector español, a
través de Odio, Amistad, Noviazgo, Amor,
Matrimonio (RBA Libros).
Aunque el libro se publicó en español por primera vez en
2003 (Knopf lo publicó en inglés en 2001), no fue hasta el 2006 cuando comenzó
a adquirir cierta relevancia entre el gran público lector de estos lares. En él
se encontraba el cuento titulado The Bear
Came Over the Mountain, que inspiró la película Away From Her (Lejos de ella,
en la versión española), producida en 2006, de la también canadiense, además de
cantante, directora y actriz, Sarah Polley (Toronto, 8 de enero de 1979). No
desvelo nada del cuento para quien aún no lo haya leído si explico que la
historia narra la tragedia del Alzheimer, donde Alice Munro aprovecha para introducir otros
elementos cotidianos –incluso domésticos– para reflexionar sobre la vida en sí
misma. Ese gran tema…
Por cierto, el artículo de Antonio Muñoz Molina del pasado sábado
8 de diciembre de 2012, en El País, titulado "Nadie como ella" versaba, emocionadamente, sobre la escritora que ocupará
durante un mes y medio, más o menos, el blog de La Sartén Littéraire.
II
Alice Munro tiene 81 años y uno de los Facebooks más activos
de los escritores que sigo. Seguramente no sea ella quien lo lleve. No lo
sabemos. Quizás se lo lleve alguno de sus nietos o nietas, hijos, hijas,
secretario, secretaria... Ese detalle no es importante. Lo que importa es la voluntad
de comunicación constante de Alice Munro para con sus lectores/seguidores.
Alice Munro. Fotografía: Kriston Ross
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